Caminar es el comienzo de la ciudadanía
Reseña por Ana Magdalena Rodríguez
Rebecca Solnit nos regala con este libro la oportunidad de unir a todo tipo de caminantes con una sola historia. Desde quienes caminan para salir de la ciudad, hasta quienes buscan introducirse a lo más íntimo de la misma; la aproximación a la sencilla acción de caminar nunca se exploró desde tantas vertientes en un mismo sitio. La amplia cantidad de referencias a datos, libros, personajes y momentos históricos que se hacen a lo largo de Wanderlust, nos deja con la oportunidad de seguir adentrándonos en el tema desde la investigación; las crónicas de la misma Solnit y otros autores sobre las oportunidades y experiencias al caminar, nos dejan con la curiosidad de continuar (o empezar) con las derivas personales y la introspección mental que caminar nos brinda.
Hay reflexiones y acercamientos al caminar con el objetivo de filosofar, de peregrinar, de cortejar o hasta de exigir. Caminar puede ser tan cotidiano como el trasladarse de un lugar a otro para llegar y puede ser tan subversivo y simbólico como una mujer que camina por mero placer y no para el disfrute de los hombres que se creen espectadores y dueños de su cuerpo.
El libro contiene una gran variedad de definiciones del concepto de caminar que puede ser, en palabras de Solnit, sólo un “acto amateur” o “la manera en que el cuerpo se mide en relación a la tierra” o “un acto de resistencia al convencionalismo” o simplemente “un lento vals” y, además, aparecen los matices si el concepto se adentra a la experiencia desde el caminar femenino, el caminar colectivo o el caminar decadente de los suburbios que ha sido confinado a la caminadora dentro del gimnasio.
Quien tenga la curiosidad de conocer sobre los peripatéticos, los situacionistas o los científicos evolucionistas, puede empezar por consultar esta deambulante lectura; también, quien quiera conocer sobre las obras del caminar urbano y el caminar rural o echar un vistazo general al porqué de la importancia que tiene el caminar para nuestra especie.
Cada capítulo “da pie” a un profundo descubrimiento de ideas, lugares y personas que te adentran en la secuencia de cada uno de los relato que mezcla perfectamente las crónicas del caminar de la escritora con todo lo que toma de referencia de tantos y tantos autores, desde los clásicos en temas de ciudad como Jacobs, Boudelaire y Thoureu hasta otros como Galeano, que tienen alguna referencia que ayuda a dejar claros los argumentos de Solnit y denotan su amplio dominio en éste y muchos otros temas.
La lectura va pareciéndose un poco a una caminata sin rumbo que a cada esquina, página, capítulo, alimenta nuestra curiosidad y nos llena de conocimiento. Aparecen personajes comunes y personajes que se pudieron haber quedado en el olvido, sobre todo mujeres, que se reafirman e imponen con la importancia que la historia les debe, en las memorias y relatos del caminar.
Una de las definiciones más destacadas, aquella del caminar como “antítesis del poseer”, deja en claro que esta acción es sencillísima, pero a la vez, arrebatada por el estilo de vida urbano que se ha impuesto en algunos lugares, donde pareciera que se busca impedir que se den las condiciones para cualquier tipo de caminata. Pero después de todo, “caminar es apenas el comienzo de la ciudadanía” y sólo caminando juntos, conseguiremos recuperar este derecho básico y la libertad que instintivamente disfrutamos al caminar.
Ana Magdalena (@_anamagdalena) es activista regiomontana. Amante de las ciudades y la arquitectura. Busca aplicar la democracia desde el espacio público a través del empoderamiento peatonal.