Pasear, detenerse

Sesión 13

Hay otra realidad además de ésta

Reseña por Jesús Ocampo

Hay otra realidad además de ésta, otra ciudad, paralela, oculta, entre paréntesis.

Hay un mar de vacíos dentro del archipiélago que llamamos ciudad; el vacío tiene dinámicas diferentes, nuevas reglas, nuevos idiomas, nuevas estéticas y un orden paralelo, en otra capa, pero en el mismo espacio, entre paréntesis; es un mar por donde Stalker navega y decide parar, solo para darse cuenta que seguirá avanzando.

Se trata de un archipiélago fractal, una ciudad nómada dentro de la sedentaria en donde, posiblemente, se encuentren todas las respuestas que alguna vez trataron de buscar los Situacionistas, tal vez sea incluso la Nueva Babilonia de Constant, tal vez sea el verdadero Urbanismo Unitario; Stalker entra en la zona y la pone a prueba.

Pasear, detenerse es un compendio de artículos publicados a lo largo de veinte años (de 1996 al día de hoy) que hablan sobre el trabajo del artista colectivo (más que un colectivo de artistas), Stalker.

El libro desenvuelve, desde principios de los 90 y de manera cronológica, los procesos y andares de este artista colectivo con base en Roma. Nos muestra cómo tomar un sitio, detenerse y asumir la responsabilidad ética y estética de haberlo hecho, nos enseña cómo peregrinar la muerte de un guía intelectual y cómo continuar o, por lo menos, tratar de continuar el trabajo: el caso de Constant y el Urbanismo Unitario.

Comienza con un manifiesto cabeza abajo, como lo llama Careri, el cual va tomando más y más fuerza a lo largo del texto; posiblemente uno de los manifiestos más bellos y atemporales que hay. Continúa sentando las bases teóricas iniciales del artista (colectivo) sobre la deriva: el acto de navegar el archipiélago o el negativo de la ciudad, de entender los territorios actuales y sus dinámicas por medio del arte, la psicogeografía, la interpretación simbólica de los lugares y la representación involuntaria; se adentra en los pliegues y trabaja desde los mismos produciendo obra de gran significancia y valor simbólico.

Existe una conexión con su libro anterior Walkscapes, pues ambos tocan el origen del caminar, del eterno errar y conectan la teoría Situacionista con aquello experimentado por Stalker en los vacíos urbanos de Roma.

Careri se cuestiona, a partir de los hallazgos de Stalker, si esto que han visto al deambular es verdaderamente a lo que se refería Constant en sus conversaciones descritas en el libro, si han encontrado la base del Urbanismo Unitario sin necesidad de una revolución o la abolición del trabajo. Lo que descubren es mucho más complejo, mucho más crudo, es una realidad que da paso a una extensa e impresionante serie de proyectos descritos en el libro: autoconstrucción, geopolítica, migración, derechos humanos, identidad, arquitectura, simbolismos y lenguaje serán los elementos que definan la Nueva Babilonia descubierta por Stalker.

Careri se cuestiona, a partir de los hallazgos de Stalker, si esto que han visto al deambular es verdaderamente a lo que se refería Constant en sus conversaciones descritas en el libro, si han encontrado la base del Urbanismo Unitario, sin necesidad de una revolución o la abolición del trabajo. Lo que descubren es mucho más complejo, mucho más crudo, es una realidad que da paso a una extensa e impresionante serie de proyectos descritos en el libro: autoconstrucción, geopolítica, migración, derechos humanos, identidad, arquitectura, simbolismos y lenguaje serán los elementos que definan la Nueva Babilonia descubierta por Stalker.

Atrapan a los nómadas, los nómadas no conocen fronteras, pero las fronteras los atrapan y los dejan quietos, los fuerzan a permanecer (Careri, 2016).

La siguiente parte del libro, PIDGIN CITY, presentará dificultades para todo arquitecto, urbanista, político o diseñador del orden y la jerarquía, a los amantes de la autoría y la disciplina.

A los migrantes no se les reconoce su papel de constructores de nuestras   ciudades, de nuestros espacios públicos, quizá incluso de nuestro sentido cívico (Careri, 2016).

Stalker hace un llamado a dejar de lado las especialidades, a convertirse en un urbanista unitario, alguien que actué en un campo “indisciplinado” entre el proyecto, el arte y la ciudad o, mejor dicho, entre la acción, la política y la ciudadanía.

Nacen así las artes cívicas <Arti Civiche>, que toman partido no solo en lo público y urbano, sino también en lo social y lo político; un arte comprometido, que entra en contacto con el otro.

El arte es capaz de tomar la ciudad por sorpresa, de forma indirecta, lateral, lúdica, no funcional, de dar con territorios inexplorados donde surgen nuevos fenómenos y nuevas interrogantes; es capaz de entender sus valores simbólicos y de producir acciones e imaginarios inmateriales que, a menudo, son más útiles que la planificación y la construcción física de lugares (Careri, 2016).

Careri continúa el libro con tres entretenidas crónicas, una en Santiago de Chile, otra en Sao Paulo y la última en Bogotá (que sirvió de inspiración para las derivas por Bogotá), las cuales logran acercarnos aún más a la experiencia del deambular de Stalker y abren una línea hacia una nueva escuela de las grandes ciudades informales venideras, como lo menciona el autor en el prefacio.

Posteriormente, hace mención sobre el curso que imparte en la Universitá di Roma Tre, “Artes Cívicas”, en el que, desde 2005, da a conocer a los estudiantes realidades extrañas, se enseña a escuchar, a saludar, a explorar y entender la ciudad a pie, a entrar en contacto; se enseña a utilizar el andar como un instrumento estético y científico para transformar su ciudad; se enseña a perder el tiempo para ganar espacios.

El libro cierra con un glosario, el cual está perfectamente expuesto en el video que acompaña esta reseña, una caminata virtual con el autor y sus estudiantes por Roma, un andar indeterminado, sin dar marcha atrás, tropezando con todo, perdiendo el tiempo, saludando al entrar y al salir, perdiendo el camino y comiendo gelatto.

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Jesús Ocampo (@chuch_ocampo) es artista y arquitecto, graduado con honores del ITESM. Actualmente es socio y director creativo de dérive LAB, un laboratorio multidisciplinario que busca explorar, comprender e inspirar otras (nuevas) maneras de vivir y pensar la vida en la Ciudad. Es además cofundador de BEMA, un espacio cultural en Querétaro dedicado al arte y la ciudad..

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