Una nueva ciudad para cada lector
Reseña por Alejandra Quiroz
Se trata de una novela publicada originalmente en Italia en 1972 por la editorial Giulio Einaudi. La traducción al español de Aurora Bernárdez fue publicada por primera vez en 1998, bajo el sello español Siruela, que ha publicado la mayor parte de la obra de Calvino.
Italo Calvino es un autor italiano que cuenta con una docena de novelas además de numerosos cuentos y ensayos publicados entre 1947 y 1985, el año de su muerte, aunque también hay algunas publicaciones póstumas. Su escritura estuvo influenciada por el neorrealismo y la fantasía. En el caso concreto de Las ciudades invisibles, los expertos reconocen la influencia del OuLiPo, no solo por los símbolos matemáticos incluidos en la descripción de las ciudades si no también por la aparente restricción en la extensión de cada uno de los relatos de las ciudades. Por otra parte, se advierte que esta novela es una especie de reescritura de El libro de las maravillas, volumen que reúne las travesías de Marco Polo, el navegante veneciano.
El autor explica que para este libro estuvo escribiendo notas sueltas que fue guardando en una carpeta, método que siempre emplea en su escritura. En esta ocasión, se trató de una carpeta dedicada a reunir impresiones sobre ciudades imaginarias. Según su estado de humor, Calvino describía ciudades tristes o felices, enigmáticas o inquietantes. Incluso advierte que en las páginas escritas durante ese periodo, podría rastrearse un diario de su temperamento.
La novela está compuesta de nueve secciones dentro de las que se describen las ciudades según las 11 series que propone el autor. En total, Marco Polo describe a Kublai Khan 55 ciudades, todas ellas con nombre de mujer. Cada sección está enmarcada por una breve conversación entre Khan y Marco Polo. En ella discuten algunos aspectos generales del imperio. A veces el emperador expresa sus consternaciones y Marco Polo siempre tiene los medios para responderle de manera satisfactoria. Es evidente que el emperador busca irritar al viajero pero este es imperturbable.
En sentido estricto, los únicos personajes de la obra son Kublai Khan, emperador de los tártaros, y Marco Polo, el célebre viajero. La comunicación entre este par de interlocutores es complicada puesto que Marco Polo desconoce la lengua del emperador. De tal manera, comienza haciendo descripciones con gestos tan detallados que logran transmitir el sentido de lo que ha visto en las ciudades. La convivencia provocará que Marco Polo entre en la lengua del emperador y entonces pueda comunicar un poco más de lo que ha vsito. Sin embargo, da la impresión de que las ciudades solamente existen en la mente del narrador. De ahí que, a veces, Kublai Khan duda de lo que Marco narra. No cree que sea posible la existencia de ciudades tan distintas unas de otras, mucho menos en su imperio.
Por otra parte, al enunciar sus características, cada una de las ciudades se convierte en otro de los personajes de esta colección de historias. Estas se despliegan en la imaginación del lector a medida que Marco Polo va detallando su formación, los habitantes, las costumbres de cada una de ellas. Las ciudades se configuran a partir de deseos, memorias, intercambios, signos. También son sutiles, continuas. Entre ellas se teje una trama psicogeográfica que cautiva al lector, provocando la preferencia de una serie de ciudades sobre otra.
La novela se lee en un sentido convencional, es decir: de principio a fin. Sin embargo, sería interesante experimentar otras posibilidades como leer cada categoría de una sola vez, elegir una ciudad al azar. La estructura de la novela se presenta como un tablero de dirección que cada lector puede utilizar para navegar a su gusto.
Aunque es una novela, el lenguaje poético es abundante y seductor. A menudo expresa sentencias muy contundentes. Otras veces, arroja ideas inquietantes sobre la configuración de las ciudades. Es capaz de asociar elementos disímiles en las ciudades que ha inventado.
En las ediciones más recientes de esta novela, se ha insertado una nota preliminar que incluye una conferencia de Calvino pronunciada en la Universidad de Columbia en 1983, casi diez años después de que la novela fuera publicada. En dicho texto, el autor explica que, de alguna manera, propone una reflexión de la ciudad. Es difícil no extraviarse en las metáforas que propone en los relatos. Tampoco se puede evitar una comparación con la ciudad propia. La narrativa de Calvino evoca emociones y afectos relacionados con las ciudades. De tal manera, el lector, a medida que avanza, atraviesa una bruma que va recogiendo los elementos que le hayan causado mayor impresión. Cada quien termina el libro con la bruma que ha creado a partir de sus propios referentes. Allí radica lo que hace que esta novela sea única: construye una nueva ciudad para cada lector…
Alejandra Quiroz (@agorathauma) es filósofa de profesión, además de profesora y coordinadora de los círculos de lectura en la biblioteca Vasconcelos. Tiene un especial interés por las ciudades y todo lo que uno puede ver al caminarlas.